Serafín Marín reivindicó la libertad de ir a los toros en Barcelona en el año de la prohibición de la Fiesta.
Y lo hizo como mejor sabe: con su toreo.
El matador catalán cortó dos orejas y abrió la puerta grande en la primera corrida de la Feria del Mediterráneo.
En su primero, con el que se llevó un susto, realizó una templada y firme faena para inaugurar el marcador de trofeos.
Otro más consiguió Marín con el buen sexto de Juan Manuel Criado, que lidió una corrida desigual, gracias a una labor con pasajes de temple y hondura.Sus compañeros de terna, en cambio, se marcharon de vacío.
Abrió pl...
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