No es común un gesto así en el fútbol.
Ocurrió en un torneo de alevines de Iruagi (Azpeitia y Azkoitia), en donde la competitividad se entiende desde el respeto.
El Sevilla y el Español disputaban la final y ganaron los andaluces en la tanda de penaltis después de un partido vibrante y muchos goles (4-4).
Pero, sorpresa, la organización entrega el trofeo de campeón a los blanquiazules porque así lo desea Ernesto Chao, entrenador sevillista: "El encuentro había sido precioso y entendí que el Español, que era un año menor que nosotros, había sido capaz de plantarnos cara.
Se lo merecían", explic...
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