Habla por grupos.
Con las manos en los bolsillos.
Con una sonrisa.
Añade alguna broma.
Parece que solo saluda a sus hombres.
Lo que dice es muy serio.
Todos le escuchan.
Con Mourinho no se puede perder el hilo.
Su virtud es que esgrime el mismo mensaje en cinco grupos diferentes de jugadores y todos entienden bien claro lo que les pide.
Sus palabras no se pierden en interpretaciones.
Solo hay una.
El entrenador continúa su trabajo mental.
Ha expuesto sus ideas con claridad.
Sus muchachos deben disfrutar hoy contra el Apoel, porque después llegan once finales.
Cuenta con todos para disputarlas....
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