Cuando Wendi Murdoch posó toda glamurosa para el número de octubre de la revista Vogue nadie pensó que ese reportaje, pensado para lucimiento de la mujer del todo poderoso magnate de la prensa Rupert Murdoch, iba a desencadenar otra batalla política en el Reino Unido.
Un comentario, en principio inocente, ha metido en un lío al exprimer ministro Tony Blair.
Resulta que el político es el padrino de una de las hijas de la pareja, lo que, según la publicación, demostraría los lazos que unen al empresario y al primer ministro.
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