jueves, 7 de julio de 2011

El pais: Pureza y perversión, todo en uno

Un combate entre luz y tinieblas se ha apoderado del final de la semana de la moda.

Hay maestros a los dos lados, pero en el oscuro está Karl Lagerfeld.

Y la demostración de poder del diseñador alemán empezaba ya con la hora elegida para presentar la colección de otoño/invierno 2011 de Chanel: las diez de la noche.

Con el atardecer cayendo sobre el Grand Palais, el visitante descubría la razón de la cita nocturna.

En el interior del palacio acristalado, se había levantado una reproducción de la Place Vendôme.

En el centro se erigía un obelisco, pero encaramado a él no estaba Napoleón, sino Coco Chanel.

La mitad del cielo estrellado que correspondía al decorado esperaba, paciente, que en la parte real se decidiera a aparecer la luna.

Cuando lo hizo, pudo empezar la función.



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